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domingo, 27 de enero de 2019

Venefobia* La venefobia –dolorosa paradoja- nació en Venezuela. Lo que empezó a los chavistas como blanco en su propia tierra, al traspasar las fronteras dejó de discriminar por militancia política.

*Venefobia* 

Asalia Venegas

 _Últimas Noticias_ / 24 enero, 2019.

La venefobia –dolorosa paradoja- nació en Venezuela. Lo que empezó teniendo a los chavistas como blanco en su propia tierra, al traspasar las fronteras dejó de discriminar por militancia política

Esta semana alcanzó cotas cruentas en Ecuador, pero antes, turbas del Brasil quemaron las pocas pertenencias y persiguieron a venezolanos en Pacaraima. El escrache se volvió un bumerang. Hoy se le revierte a los que ayer lo azuzaron contra los bolivarianos.
Pero esa xenofobia no nace en los suburbios. Se empoza en el alma –si la tiene- de un presidente, paradójicamente llamado Lenin (fundador del socialismo) y apellidado Moreno, como también supura en los sesos de un alcalde peruano (Everaldo Ramos) que se juramentó "por Dios y por una ciudad libre de venezolanos"

Aquellos vientos de odio de la derecha nacional e internacional, trajeron estos lodos.
Con patética inocencia, el locutor César M. Rondón se preguntaba "qué se sentirá" ser blanco de asedio en cualquier parte del mundo. A un cura en Maracaibo lo increpó un feligrés cuando llamó "apestosos" a los chavistas.
El gobierno de Guatemala negó visa el año pasado a los luchadores venezolanos que participarían en los Panamericanos. La botella con agua congelada que segó la vida de una humilde mujer en una marcha chavista, ayer derribó a otra paisana en Lima o Guayaquil. El matero del sociólogo sigue cayendo.

Ante el asesinato de una joven en Ecuador, las infelices palabras del presidente de ese país desataron una ola de violencia xenófoba contra los migrantes venezolanos.
Esta migración no solo ha sido utilizada políticamente por los gobiernos del Cartel de Lima contra el presidente Maduro y nuestro pueblo, sino como mendicante falso positivo para solicitar recursos a la ONU, EEUU y la UE. Los más vergonzosos pedigüeños internacionales han sido los presidentes de Colombia y Ecuador, para pena ajena y propia de dos patrias libertadas por el caraqueño Simón Bolívar.
La venefobia –el odio contra venezolanos- empezará a desaparecer allende las fronteras, cuando la extingamos del corazón y la mente de los que aquí incitan –medios, personas- a la quema de seres humanos por el color de su piel o por la mala suerte de parecer chavistas.

Asalia Venegas
Periodista/Profesora UCV